Uno de los temas más cuestionados en el ambiente religioso es el manejo de los diezmos y ofrendas. El mundo secularizado ha lanzado innumerables ataques y señalamientos cada vez mayores, sobre el manejo que las iglesias cristianas hacen de los fondos que manejan. Debemos reconocer que existen personas con gran elocuencia en la exposición de “la palabra”, que han cautivado a sus congregaciones utilizando la Biblia como su herramienta de lucro. Es lo que en el ambiente cristiano se conoce como “El evangelio de la prosperidad”. Estos predicadores que han logrado hacerse de grandes fortunas comparados a los magnates más prominentes de este tiempo, son los denominados “Mercenarios del evangelio”. La iglesia adventista tiene un mensaje distinto en el enfoque de los recursos a través de la mayordomía cristiana, Por lo cual, es importante que el pastor contribuya con su influencia a promover en su feligresía de esta valiosa creencia, con el fin de generar confianza en el sistema financiero de la iglesia, enseñando que los recursos son un medio para cumplir la misión de predicar el evangelio de Cristo.
El trabajo del pastor: Educar la iglesia.
Ciertamente el trabajo de educar a la feligresía en el tema de mayordomía cristiana y fidelidad a Dios, será clave para el éxito financiero de la iglesia. Hay que reconocer que muchos pastores no hacen un gran énfasis en predicar sobre asuntos de diezmos y ofrendas y prefieren presentar otros temas en los cuales se sienten más cómodos. De allí que no se promueve la fidelidad hacia nuestro Señor en la devolución de lo que él demanda como suyo: los diezmos y las ofrendas. Tal cómo podríamos expresar: “Al ser parte del pueblo de Dios, tenemos privilegios, así como deberes con su obra”. De esta forma consideramos qué educar es la clave en este proceso que llevará bendiciones a cada mayordomo fiel a su palabra.
Proceso de instrucción: Motivación.
La labor del pastor de la iglesia, es de ser promotor y motivador del espíritu de liberalidad y dadivosidad en la congregación para que esta confíe en las promesas de su Señor. Por ellos, la instrucción en primer lugar, debe estar dirigida para el propio pastor, quién deberá dar el mayor y mejor testimonio de ser un excelente mayordomo de las bendiciones que el cielo le ha provisto. Cuidar su cuerpo, la temperancia, consagración, administración sabia del tiempo, la familia, los recursos materiales, humanos, financieros y los talentos, serán el estilo de vida que mayor impacto e influencia tendrá en la congregación. “A la ley y al testimonio”. En segundo lugar, la tarea será educar y capacitar como todo un couching o mentor a cada líder de su iglesia, y entre ellos se encuentran sus ancianos, diáconos, tesoreros, secretaria, diaconisas, director de ministerios personales, directores de jóvenes, clubes, y todos aquellos que ocupan cargos de liderazgo en cada departamento de la iglesia local. Por último pero no menos importante, toda la feligresía debe conocer esta hermosa doctrina número 21 de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la cual hace énfasis de la fidelidad a Dios como una respuesta de verdaderos adoradores al proveedor de todas las cosas. No es la idea lanzar toda la carga de responsabilidad sobre el pastor, se espera que él instruya a sus líderes y éstos a su vez sean multiplicadores del esta importante verdad.
Los adventistas dan generosamente cuando ven resultados:
Habíamos resaltado la importancia de motivar a la hermandad y que esto se lograría con educación, trabajo y testificación. Es realmente una labor que requiere dependencia de Dios, además de contar con herramientas cómo la planificación y el estudio diligente, con lo cual se esperan resultados favorables en poco tiempo. La experiencia de educar a la iglesia en asuntos mayordomía proporciona resultados inmediatos, los hermanos comprenden su deber y aceptan el llamado del Señor a ser fieles mayordomos, tal lo menciona la siguiente declaración de Elena de White: “Cuando la iglesia ve que los ministros están todos radiantes con el espíritu del trabajo, que sienten profundamente el poder de la verdad, y están buscando traer a otros a su conocimiento, esto pondrá en ellos nueva vida y vigor” Testimonies for the Church 3:49. – {M Pa 295.1}. Este mensaje esta directamente relacionado a lo que hemos estado argumentando. La influencia del pastor en la congregación es clave:” tal el líder tal es el pueblo,”Y será el pueblo cómo el sacerdote…” Oseas 4:9 (VRV). Nos sigue diciendo la pluma inspirada sobre la respuesta de la feligresía al apreciar los esfuerzos y sacrificios de sus líderes. “Sus corazones serán movidos a hacer lo que puedan por ayudar a la obra. No hay una clase de personas en el mundo que esté más dispuesta a sacrificar sus medios para avanzar la causa que los adventistas del séptimo día. Si los ministros no los desalientan totalmente mediante su indolencia e ineficiencia, y por su falta de espiritualidad, ellos generalmente responderán a cualquier apelación que a su juicio y conciencia tenga mérito. Pero ellos quieren ver frutos.”Testimonies for the Church 3:49. – {M Pa 295.1} A través de la mayordomía cristiana cada pastor, ministro, laico y líder espiritual de nuestras congregaciones, han de entender su responsabilidad de contribuir con el sistema financiero de la iglesia, a lo que podemos citar: “Por causa de Cristo, como pueblo escogido de Dios, dedicaos a la tarea de establecer un Sólido Sistema Financiero”- Testimonios para la Iglesia Vol. 6, P.211, Par. 1 – 1901.