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¿Es responsable la iglesia de la prosperidad financiera de sus miembros?
Amado yo deseo que seas prosperado…
Un asunto importante que debe ser considerado en el ambiente religioso, es la responsabilidad que la iglesia tiene de ocuparse por el bienestar, no solo espiritual de la congregación, sino también por la estabilidad económica y financiera de cada miembro de iglesia y su familia.
Partiendo de los principios de mayordomía cristiana, se puede brindar orientación adecuada sobre la administración sabia de los recursos y la importancia de generar riqueza para el sostenimiento del hogar, y con ello, la oportunidad de adorar a Dios mediante abundantes recursos para su obra. Ciertamente, se debe promover en la feligresía programas de emprendimiento y capacitación en diversos ramos profesionales y técnicos, como manejo de negocios, gerencia de empresas, desarrollo de proyectos productivos, economía del hogar y manejo de presupuesto familiar, entre otros. El propósito es contribuir para generar una mejor estabilidad económica y financiera en los miembros de la congregación, recordando la promesa del Señor en su palabra: “Amado yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Jn. 1:2).
Igualmente la Biblia nos menciona que: “…Más bien, acuérdate del Señor tu Dios, porque él es quien te da poder para hacer riquezas..” (Deut. 8:17), esto nos lleva a reconocer quién es la verdadera fuente de la riqueza. A continuación, compartiré 5 reflexiones para lograr una mejor salud financiera en la feligresía, lo cual redundará en beneficio para la obra de Dios.
1) Reconocer las necesidades económicas de la feligresía:
El Señor Jesús expresó: “Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros…” (Juan 12:8). Podemos apreciar que un número importante de miembros de nuestras iglesias pertenecen a las clases populares más humildes y necesitadas. De allí, la importancia de proveer herramientas útiles para los feligreses, mediante la instrucción en los principios de mayordomía, especialmente los enfocados en la administración sabia de los recursos financieros, así como en la economía personal y familiar. Las necesidades económicas están siempre a la orden del día.
2) Plan espiritual de motivación y estudio de la mayordomía cristiana con la congregación:
3)Programas de emprendimiento para la congregación:
En la iglesia existen personas desempleadas, otras devengan sueldos muy bajos, o peor aún, están endeudados y no tienen lo suficiente para el sustento ellos y sus familias. Éstos podrían estar interesados en desarrollar alguna iniciativa productiva personal o familiar. El propósito principal, es capacitarlos para que puedan por sus propios medios y habilidades emprender algún oficio o proyecto y ser prósperos en ello. Debemos incluso, instar a las personas perezosas y ociosas que no faltan en la iglesia, a ser útiles, ya que todos tienen alguna habilidad dada por el creador para ser desarrollada. El apóstol Pablo menciona que: “…Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2 Tesal. 3:10), denotando la importancia de ser productivos en la obra.
4) Talento humano calificado para capacitar a la feligresía en las diversas áreas profesionales y técnicas:
5) Estrategias para alcanzar las clases altas:
Si existe un grupo especial de personas que deben ser parte de los programas de desarrollo de la feligresía, son aquellos que pertenecen a las clases más pudientes. No por un interés material, sino porque Dios los necesita contribuyendo con sus talentos y su influencia a su causa. “Los que pertenecen a las clases sociales más elevadas deben ser buscados con tierno afecto y consideración fraternal… Hombres de negocio que ocupan cargos de responsabilidad, hombres con grandes facultades inventivas y penetración científica y hombres de genio deben encontrarse entre los primeros que han de escuchar el llamamiento del Evangelio.” Será una inspiración contar con el testimonio de personas que han sido sabias con los recursos que Dios les ha dado.
Desafíos ante los niveles de pobreza en el mundo:
Existimos en un mundo lleno de muchas desigualdades, cada vez son más marcadas las diferencias y luchas entre las clases sociales. Las organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU) y el Banco Mundial (BM) han expresado en sus informes anuales las dificultades relacionadas a los niveles de pobreza extrema, y a pesar de todos los esfuerzos por erradicar este flagelo, éste se mantiene con proporciones preocupantes.
Aún queda mucho por hacer para poner fin a la pobreza extrema, y siguen existiendo muchos desafíos. Las proyecciones más recientes muestran que, si se mantiene el rumbo actual, el mundo no será capaz de erradicar la pobreza extrema para 2030. Eso se debe a que cada vez es más difícil llegar a quienes todavía viven en la pobreza extrema, dado que con frecuencia se encuentran en países en situación de fragilidad y zonas remotas. (Informe BM)
El acceso a buena educación, atención de la salud, electricidad, agua salubre y otros servicios fundamentales sigue estando fuera del alcance de muchas personas, a menudo por razones socioeconómicas, geográficas, étnicas y de género. El enfoque multidimensional —en el cual se incluyen otros aspectos, tales como la educación, el acceso a servicios básicos, la atención de la salud y la seguridad— revela un mundo en el que la pobreza es un problema mucho más generalizado y arraigado. La ONU presenta un nuevo mapa de la pobreza global más allá del dinero1.300 millones de personas son pobres en todos los sentidos de la palabra, porque no tienen apenas ingresos o carecen de acceso a agua potable, alimentos suficientes o electricidad.
El 10% de la población mundial, 736 millones de personas, sobreviven cada día con menos de 1,90 dólares. Son extremadamente pobres… económicamente. Estar por encima de este nivel de ingresos no asegura automáticamente tener una vida digna, una en la que se defeca en un retrete, se come al menos tres veces al día y los hijos no mueren de una diarrea. Por eso, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se ha aliado con la Iniciativa para el Desarrollo Humano y contra la Pobreza de la Universidad de Oxford (OPHI, por sus siglas en inglés) para saber cuántos seres humanos sufren carencias múltiples y simultáneas más allá del dinero. Son 1.300 millones, una cuarta parte de la población de los 104 países que se han estudiado en el primer Índice de Pobreza Multidimensional global, publicado este jueves. La
mitad son niños.
No solo las Organizaciones no gubernamentales (ONG) y otras entidades humanitarias, están llamadas a atender los problemas de pobreza que sufren muchas personas en el mundo, es necesario resaltar que la iglesia también juega un papel importante en la sociedad y que más allá de sus trabajo espiritual con la hermandad, o de dar un plato de comida, vestido, calzado y techo al necesitado, también debe contribuir con el autosostenimiento de las familias mediante programas de instrucción y economía del hogar. Muchas personas de bajos recursos en la actualidad, se acercan a las iglesias esperando recibir más que ayuda espiritual, un apoyo económico y material, pero la sabiduría de sus miembros consistirá de darle también las herramientas para que puedan alcanzar la libertad y solvencia financiera que tanto necesitan. Sin lugar a dudas, la mayordomía cristiana tiene un rol importante en la concientización que deben tener los feligreses en el manejo de sus recursos.
“Porque el necesitado no será olvidado para siempre, ni la esperanza de los pobres perecerá eternamente”
(Salmos 9:18)
Referencias Bibliográficas:
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‣ Agudo Alejandra (2019) https://elpais.com/elpais/2018/09/20/planeta_futuro/ 1537441680_635893.html.
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‣ Boletín del Banco Mundial (abril, 03 2019) https://www.bancomundial.org/es/topic/poverty/ overview.
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‣ Consejos sobre mayordomía cristiana (CSMC), p. 137, edición 2005, APIA.
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‣ Santa Biblia (VRV 1960).
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‣ 1. The Review and Herald, 8 de mayo de 1900.
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